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Nuestra impresión:
Burruyacu es uno de esos pueblos con "aura": si bien se ven autos modernos, motos, movimiento, se respira historia.
Quizá los espacios, la iglesia, el correo y su viejo buzón, la prolijidad, la tranquilidad de su gente, los pequeños santuarios de devoción popular, no lo sé, pero se siente, se vive.
Solo basta hacer poco más de 60 km, para cambiar de dimensión y volver renovado.
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