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"BEBAMOS DE LA TIERRA PARA TRABAJAR EL VERDADERO ARTE NATIVO"
BURUYACU, TIERRA DE HISTORIA, BELLEZA Y TRABAJO
BUSQUEMOS NUESTRA HISTORIA
Cuando se inció la colonización española, esta área ocupada - como otras del territorio tucumano - por las Encomiendas originadas en las "suertes" otorgadas por los Reyes de España a los primeros colonizadores y por las Estancias, nacidas de es... Mercedes Reales. La que impulsó este proceso fue la implantación de Fuertes Estratégicos como el de San Simón de la Ramada, que le permitieron el dominio de estas tierras y aseguraban el control de las comunicaciones.
Los caminos coloniales jalonados de postas de mensajerías y fortines, constituyeron líneas de penetración y ocupación; tales fueron el camino que unía Santiago del Estero con Nuestra Señora de Talavera (Nueva Esteco) pasando por el noroeste del territorio tucumano que permitió la formación de los primitivos núcleos de población y el camino llamado "Del Obispo", que partiendo de San Miguel de Tucumán, iba por el valle de Río Calera y del Chorrillo hasta Esteco.
Fue una importante ruta de mensajerías y aún hoy conserva su tradicional itinerario uniendo las poblaciones El Chañar, Macomitas, La Angostura, El Puesto de don Benito (hoy Villa Aráoz), Burruyacu hasta Laguna de Robles y Florida, para unirse las Cañadas (provincia de Salta) con otro camino que viene de Santiago del Estero por El Palomar.
El proceso ocupacional fue exigiendo una organización administrativa adecuada. Los primeros datos encontrados al respecto con referencia a esta
región, son los que existen sobre la creación en el Siglo XVII (1628) de los tres Curatos Rurales en que se dividía el territorio
tucumano; Choromoros, en el que estaba incluida la región de Burruyacu, Chicligasta y Valle de Catamarca. Hacia fines del Siglo XVII, los tres
Curatos mencionados se transformaron en seis, entre los que se encontraba el de Burruyacu, y desde 1796 quedó este como los demás, transformado
en partición con su Alcalde de Hermandad.
Posteriormente, a principios del siglo XIX, a partir de 1820 aparece Burruyacu como Departamento Político junto con otros siete en que se
dividió administrativamente el territorio provincial.
En Noviembre de 1944, por una disposición de la Provincia, ésta región fue dividida en ocho Comunas Rurales: El Chañar, La
Ramada, Burruyacu, Villa Benjamín Aráoz, la Cruz, El Narano y El Sunchal, El Timbó y Villa Padre Monti.
La Comuna Rural de Burruyacu tenía como límites al norte: Río Urueña; al sur el río Tajamar o Zapallar y el camino de
Cañadas a la Argentina, pasando por Colorado; al este el camino de Singuil y al oeste la línea de los distritos uno y dos en que se
dividía el Departamento.
El hombre, como ente biológico y racional, lo que le da una categoría especial, buscó desde sus orígenes, sitios más
apropiados para organizar su sistema de vida.
De esto se desprende las posibles motivaciones que ha llevado a los primitivos habitantes a radicarse en el actual territorio tucumano, prácticamente
desde épocas muy remotas.
Lo tangible es que a la llegada de los conquistadores españoles, lo que hoy corresponde a parte de la cuenca Tapia - Trancas, de las sierras de
Burruyacu y de la llanura fértil, vivieron los Tonocotes que se caracterizaron por ser pueblos sedentarios, que fundamentaban se economía en la
agricultura. Aprovechando la materia prima abundante de la región, acostumbraban construir sus casas de maderas con techos de paja. Eran altivos y guerreros y con
frecuencia celebraban alianzas con los Lules para atacar o defenderse de los Diaguitas.
Otro grupo indígena importante que vivió en estos lares, fueron los Lules. Se caracterizaron por su gran movilidad, ya que eran esencialmente
nómadas; sin embargo en sus correrías tenían por costumbre cubrir una misma área, que se extendía desde los ríos
Salado y Dulce hasta la llanura tucumana, lugar donde entraban en contacto con los Tonocotes. Una de las rutas bien definidas y que eran utilizadas por
ellos, era la senda llamada de "Macomitas" que entraba a San Miguel de Tucumán desde Burruyacu, para lo cual utilizaba n el paso del río
Calera, llamado por esa circunstancia "Nune".
Los Lules posiblemente utilizaban este itinerario, puesto que les aseguraba un acceso más fácil hacia las zonas densamente pobladas por los
tonicotes, para contactos pacíficos o bélicos.
Los conquistadores como una manera de lograr la evangelización y colonización española a lo largo del siglo XVI, impusieron el uso de la
lengua quichua que paulatinamente reemplazó a las primitivas de cada grupo indígena.
Es así que en esta región los primeros blancos colonizadores escucharon hablar de Burruyacu, que algunos autores quieren significar "burro al
agua" o "aguada de burro" en quichua, topónimo con el que se designa actualmente a esta región. Este topónimo sufrió
deformaciones en distintas épocas que lo llevaron a conocerse como Burruyacu, Burruyaco o Burroyacu.
Burruyacu, situada a 530 metros sobre el nicel del mar, en un terreno ondulado, nació del antiguo fortín, luego la Posta de Mensajería. Su ordenación urbanística trazada por el Agrimensor José Sobrecasas, habla de calles en damero y una plaza central.
Los terrenos para la Iglesia, la Plaza , el cementerio y algunas manzanas para la población, fueron donadas por el señor Florentino Matidle Lobo y aceptadas por el Poder Ejecutivo el 19 de junio de 1873. Según ese trazado existen manzanas de 166 varas y calles de 20 varas.
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